25.1.12

El arte de la ficción



A continuación transcribo unos fragmentos del libro Leer la mente El cerebro y el arte de la ficción de Jorge Volpi en el que realiza una declaración maravillosa en relación a lo que ocurre en nuestro cerebro cuando leemos ficción.


"Se equivocan: en su calidad de herramienta evolutiva, el arte no puede sino perseguir una meta más ambiciosa. ¿Cuál? La obvia: ayudarnos a sobrevivir y, más aún, hacernos auténticamente humanos." (p.14)

"Porque el arte, y en especial el arte de la ficción, nos ayuda a adivinar los comportamientos de los otros y a conocernos a nosotros mismos, lo cual supone una gran ventaja frente a especies menos conscientes de sí misma." (p. 15)

"Prefiero pensar que la ficción ha existido desde el mismo instante en que pisó la Tierra el homo sapiens. Porque los mecanismos cerebrales por medio de los cuales nos acercamos a la realidad son básicamente idénticos a los empleados a la hora de crear o apreciar una ficción." (p. 16)

"¡Menuda invención evolutiva! Yo no soy sino una ficción de mi cerebro. O, expresado de manera más precisa, mi yo es una fantasía de mi cerebro. Eso sí, la mayor y más poderosa de las fantasías, pues se concibe capaz de generar y controlar a todas las demás." (p. 17)

"Frente a esta hipótesis, primero comparece el vértigo: ¿ello significa la Realidad no existe? ¿Que yo no existo? No exactamente: la única realidad que conoceremos -y que, en el mejor de los casos, está levemente emparentada con la Realidad- es la realidad de nuestra mente, la realidad que percibimos y luego recreamos sin medida" (p. 18)

"En resumen: la conciencia humana aborrece la falsedad y, al menos durante el tiempo precioso que dura la ficción, prefiere considerarla una suma de verdades parciales, de escenarios alternativos, de existencias paralelas, de aventuras potenciales." (p. 21)

"Desde esta perspectiva, la ficción cumple una tarea indispensable para nuestra supervivencia: no sólo nos ayuda a predecir nuestras reacciones en situaciones hipotéticas, sino que nos obliga a representarlas en nuestra mente -a repetirlas y reconstruirlas- y, a partir de allí, a entrever qué sentiríamos si las experimentáramos de verdad." (p. 22)

"Leer una novela o un cuento no es una actividad inocua: desde el momento en que nuestras neuronas nos hacen reconocernos en los personajes de ficción -y apoderarnos así de sus conflictos, sus problemas, sus decisiones, su felicidad o su desgracia-, comenzamos a ser otros." (p. 25)
"Mi hipótesisi central: si la ficción es una herramienta tan poderosa para explorar la naturaleza -y en especial la naturaleza humana-, es porque la ficción también es la realidad." (p. 31)

"Mal que nos pese, todos somos ficciones."  p. 74


No hay comentarios: